SONETO A MI HERMANA
Carmen, Carmencilla, tan pequeñita.
Das más luz que cualquiera de los astros,
aunque sueles transformarte en un trastro.
Llevamos juntas desde pequeñitas.
Eres delgadita y muy bajita.
Mucha felicidad te cabe dentro,
eres saltarina como un potro.
A veces me tocas, la naricita.
Me caes bien, no tengo remedio.
Aunque me mordieras de pequeña.
Y aunque Antonio esté siempre en el medio.
Siempre agradecida a la cigüeña.
Contigo no tengo intermedio,
gracias por estar desde pequeña.
Carmen, Carmencilla, tan pequeñita.
Das más luz que cualquiera de los astros,
aunque sueles transformarte en un trastro.
Llevamos juntas desde pequeñitas.
Eres delgadita y muy bajita.
Mucha felicidad te cabe dentro,
eres saltarina como un potro.
A veces me tocas, la naricita.
Me caes bien, no tengo remedio.
Aunque me mordieras de pequeña.
Y aunque Antonio esté siempre en el medio.
Siempre agradecida a la cigüeña.
Contigo no tengo intermedio,
gracias por estar desde pequeña.
Por: María José Granda Pérez.